martes, septiembre 05, 2006

Se va la nave, por un canal Chilote, se va la nave...

Cortina de Inicio, para el Cierre de Transmisión.

Hasta pronto.








[dormirconmigo.blogspot.com]

martes, agosto 22, 2006

Aguantar el dolor, no es valentía


Abrazo la oscuridad, bajo la paz constante de la vida, bajo la paz constante de la muerte. No se mueven ni palpitan, no buscan ni se encuentran. Entonces me doy cuenta, luego de caminar dos pasos por la calle, que la agonía puede matar, que la agonía puede abrazar la vida. ¿La vida oscura? La agonía se vuelve el punto de inflexión de lo incierto y lo anacrónico. La agonía es la expectativa previa de algo que conozco o puedo conocer.

Bajo aquel estado, recuerdo las aceras, las putas de la calle, la traición, el gusano que pudre la manzana, las cárceles hacinadas y los múltiples suicidios. El hombre perverso, el hombre enfrascado. Así, nadie encuentra al otro.

Mas, los vertederos se llenan, los mataderos se llenan, los manicomios se llenas, los hospitales se llenan, las cementerios se llenan y las tumbas se ponen de moda. Todos envejecen mal, porque se han negado ver que todo está vacío, y que nada se ha llenado. ¿Qué no es culpa mía? Se me pide que abstenga mi opinión ante ellos, porque hay muchos que le tienen miedo a su miedo.

Siento que me presionan, en las colas de los bancos, cuando voy al supermercado, en la salida del cine. Presionan mi espalda, pisan mis talones, me impacientan con su furia. Están en todos lados, con esas almas violentamente felices. Lo más probable es que estén asustados, asustado de esta enfermedad que invade las razas.

viernes, julio 21, 2006

Hay algo llamado deformidad...

...porque la fealdad no existe
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Después de trabajar olía a sudor y sangre. El olor al sudor disminuye, pero el de sangre es difícil de disipar; con el paso del tiempo solo cobraba más fuerza. Fumé y tomé cerveza.

Me subí al camión, más de treinta almas de animales muertos viajaban conmigo. Sus cabezas se volteaban al son de la rueda, y los hombres se alejaban de mí. Después de un rato dobló en la esquina y vi la cantina de lejos. El cansancio me ganó, y subí las interminables escaleras hasta llegar a mi cuarto. Prendí la radio, encendí un cigarro y todos se olvidaron de mí. No solo por hoy.

Pensé que la carne cubría el hueso, y por dentro suele poner un cerebro y con suerte un alma. Las mujeres arrojamos jarrones a la pared y los hombres beben demasiado, nunca nos encontramos. Sigo buscando de cama en cama y nada encuentro, pues la carne solo cubre el hueso, y la carne busca más que simple carne.

Escribo entonces poemas tristes, de mal gusto, inspirados en bastardos. Líneas muertas y sucias. Digo que las hembras duran más que los machos. Así nos volvemos locos, en un cuarto más, donde nosotras bailamos y reímos con muchachos divertidos. Y me acordé de una. Esa puta que recibió una oreja cortada y la tiró enojada al vacío. Así las putas quieren dinero y no orejas. El sexo es una gran cosa, solo cuando no lo haces.




(Expresiones inadecuadas, dedicadas a mi escritor maldito Charles Bukowsky, pues “los hombres más fuertes son los hombres solitarios”)

(La canción Rodéo de Zazie, es solo un recuerdo que despierta la experiencia de leer a este autor, mientras sus notas pasaban por mis oídos)

miércoles, julio 12, 2006

乡 Hasta que la muerte te separe 乡

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La "Doncella de la muerte” es Aileen Wuornos, quien fue ejecutada en la cárcel de Starke (norte de Florida) con una inyección de sodio, bromuro y cloruro de potasio. El grupo de activistas contra la pena de muerte no insistió lo suficiente con su argumento: Wuornos estaba loca. Lo cierto es que el gobernador Jeb Bush -hermano del de los ataques preventivos- ordenó exámenes sicológicos que negaron tal afirmación. Además el diagnóstico había sido confirmado por la muchachota de 46 años al impedir que sus abogados presentaran apelaciones luego de decir "soy alguien que odia la vida humana y podría matar de nuevo".

Fue arrestada en 1991 en un bar paradójicamente llamado "El último refugio", en Daytona Beach, pero no pudo visitar su barra. Lo que nunca llegó a comprobar fue su inclinación de llevar a cabo sus crímenes durante los días lluviosos porque "el agua la afeaba", ni que sus últimas palabras fueron "volveré, volveré". Murió 18 minutos después de la jeringa letal un día 9 de octubre del 2002, cuando ya se habían escrito varios libros con su historia, se anunciaba una ópera y se filmaban dos películas.



La inyección letal consiste en la aplicación intravenosa, de manera continua, de sustancias que provocan la muerte por paro cardíaco respiratorio. El sistema fue aplicado por primera vez el 7 de diciembre de 1982 en Texas (pero ¡qué casualidad!, jamás lo hubiese pensado), al condenado Charles Brooks.

Los efectos que produce son:

Pérdida del conocimiento: Con Tiopentotal Sódico se provoca taquicardia, sudoración, lagrimeo e hipertensión arterial. La respiración sólo se mantiene por los movimientos diafragmáticos.

Relajación muscular: con Bromuro de Pacuronio se observa excitación repetitiva (saltos en la camilla), seguida por el bloqueo de la transmisión.

Parálisis del corazón: con Cloruro de Potasio se produce la parálisis del corazón, dando por terminado el proceso de ejecución.

Un proceso fascinante para muchos carceleros.

· · · Debo confesar que Aileen, es uno de mis personajes favoritos. Pues su perturbadora realidad, me conmueve (algo hoy muy difícil, a ratos). Ahora, solo me queda citarla "Quiero decir que estoy zarpando con La Piedra (Jesucristo) y que volveré con Jesús”.

Nadie merece morir, nadie merece que pongan sobre la vida una fecha de caducidad antojada. Y es justamente esto lo paradójico. Aileen colocó fechas a un par de hombres, y la cárcel sentenció el día que ella dejó de existir.

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jueves, julio 06, 2006

A los recuerdos olvidados ...




Y no me acuerdo. Me cuentan tantas cosas y compruebo que mi memoria no ha retenido nada.

Historias, chistes, burlas contra mis locuras que yo simplemente desconozco. Quizás cuando niña era mucho más feliz, pues mi capacidad de olvidar era eficiente.

Hoy todo es diferente. Mi cabeza pesa de tantas imágenes que porta en ella. Y lo peor de todo, que no de las mejores.

Finalmente, solo queda citarme. Recordando un texto que escribí para una obra de teatro que montamos junto a mi ex compañía por el año 2002 (¡¡hasta menor de edad era !!).


· · En un papel que no tiene quien lo escriba, hoy he depositado parte de mi pasado registrando con esta tinta, el amargo pasar de un segundo de intensidad. El que refleja mi ira con la escritura rápida que hoy me descabeza ¿qué sucederá?

Me consume nuevamente el torbellino del tiempo, que me apacigua y me provoca cada vez que puede, me entregan esas ganas de explotar con todo lo que tengo.

Solo queda mi instinto, mi alma, mis ganas de luchar, y encuentro algo; un lado oscuro, una parte onda que pretende decirme ciertas cosas, y solo escucho: “me has odiado toda la vida” · ·

¿Confabulaciones de los textos presentes y el pasado?... habrá que ver.

viernes, junio 30, 2006

三 Ego de dioses 三














Lo apolíneo, es toda la hermosa estructura en la que el hombre se inscribe. Lo racional. Esa belleza lógica que a muchos encanta. Nos establece tal como un pentagrama, una base para poder crear, nos entrega un contexto para una exitosa lectura. A veces, juega como una imposición asquerosa de la cual quiero arrancar, porque no hay nada más que me moleste que ese asqueroso verbo. Sin embrago, lo necesito.

De ninguna otra forma puedo llegar a ese Dionisio que me invade, y sacarlo a flote. La ruptura de guachechero, hecho y derecho, me embriaga para ver qué hay en mí. No me dice nada. Pues quien me provoca es Apolo con su sutil lógica y la perfección misma. Dejo el conciente de lado.

Imágenes, sonidos, tan míos como propios de mundo. Mas, bajo la apelación de mi inconsciente el conflicto sale a flote. Una tensión constante entre estas calles y las mías. Un quiebre, solo producido por esta acción dialéctica de la creación.

Veo lo que he construido. El concepto de autoría se ha manifestado. Pues lo propio se ha puesto al servicio de la estructura, para terminar por violarla. Desde mí aprendí a expresar. La libertad se manifiesta. Una libertad mía, una libertad tuya. Hoy hay para todos, libre interpretación.



























· [Me tuve que remitir a escribir. Por más que no quise, lo tuve que hacer. Pues, quedarme callada es algo que nunca he aprendido. Quienes me conocen lo saben. Ya que para cada ocasión existe un par de letras de mi diccionario, que se ajustan perfecto al momento. Y me remito] ·

sábado, junio 10, 2006

El tiempo sigue su curso...



y yo sigo el mío.




1. Despierto. Llega la mañana. El reloj apunta la misma hora de siempre. Me debo levantar. No quiero. Me escondo entre las sábanas, para que el minutero no sé de cuenta que existo. Me insiste. La alarma es cada vez más fuerte.
Me marca las 8, las 8.05. Me sigue marcando y me agobia. Lo apago y dejo de sentir ese pito insoportable. Me hago la idea que debo comenzar de nuevo. Me ducho y tomo desayuno trashumando entre los cuartos de mi casa. Me voy. En la micro cabeceó un poco, y llego.

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2. Me encierro en un cuarto. Sé que hay sol, pero no lo veo. Se va cuando tecleo, se esconde mientras pierdo el tiempo. La gente corre por los parques, camina por las calles y yo solo estoy sentada. Me hago la interesante con un par de palabras, pero sé que solo es mierda.
El cielo se pone naranja y ni cuenta me doy. La hora pasa cada vez más lento. Son las 6, las 6.05. Sigue pasando la hora y estoy sentada. El último rayo de luz está ahí y no lo alcanzo a ver. Me lo imagino. Pienso cómo fue. Fue y no es.

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3. Salgo y todo está oscuro. Ya no hay nadie. Camino aletargada hasta llegar a un paradero. Pocas micros pasan y las que me sirven, no paran. Alzo el dedo y una se detiene. Me lleva a casa rápidamente, pues las calles están vacías. Corre y suena toda esa chatarra que no me deja dormir un rato. Llego. Abro la puerta y miro la cocina. Pienso que no he comido nada, pero me da lata cocinar. Me sirvo un vaso de leche y me siento llena. Me tiro en mi cama y solo quiero dormir. Veo como me consume el tiempo. Veo, ya que hoy, nada siento.



· · · Hasta aquí no má' llegamos con esto

Como siempre: adiós y serás odiado.

(Bye bye blogger)